viernes, 6 de noviembre de 2015

“Aprendamos aquello que hace al alma grande”

Este ha sido el leitmotiv que ha impulsado a más de 1.500 rovers scouts, en su mayor parte de Francia junto con participantes de otros 17 países de Europa, a peregrinar un año más a la basílica de Vézelay en el 40ª aniversario del nacimiento de la Ruta y de las peregrinaciones a Santiago de Compostela.
Para que esto sea logísticamente  posible la peregrinación se divide en distintos brazos de marcha, los cuales parten de diferentes puntos para encontrarse el sábado por la noche en la gran vigilia de adoración en la basílica y compartir al día siguiente la eucaristía de despedida.
Esta vez tuvimos la ocasión de participar por parte de nuestro país cerca de 50 rovers de Toledo, Madrid, Castellón y Barcelona. Organizados en nuestros propios “clanes” entre 6 a 8 miembros, caminamos y convivimos la ruta durante 3 días junto a nuestros hermanos portugueses y franceses en el brazo de marcha que partía desde Montreal.
Mucho podríamos hablar de las anécdotas, los paisajes, lo aprendido, lo convivido, lo compartido, lo celebrado, lo que llevábamos en nuestras mochilas y lo que nos trajimos en nuestras almas, pero prefiero aquí profundizar un poco en lo que es “la ruta” y su pedagogía.

.- La Ruta para progresar personalmente
La Ruta pretende ayudar al joven a descubrir el sentido de su vida y a ayudarle a encontrar los medios para lograr el éxito en su camino personal. Es un momento de crecimiento para permitir que el joven tome conciencia de lo que es esencial en su vida y distinguirlo de lo accesorio, que tantas veces nos ralentiza en nuestra marcha.
Entre los 17 y 20 años, los rovers scouts se juntan en un equipo piloto,  formado por entre 4 a 6 chicos, y junto con varios equipos pilotos forman un clan. Para continuar su progreso y llegar a ser plenamente responsables y adultos se apoyan en estos pequeños equipos. En ellos se busca formar al joven en el servicio con los más pobres y necesitados, el crecimiento personal acompañados por otro adulto, y con unos campamentos itinerantes para convivir y juntos hacer frente a las dificultades que ofrece el camino.

.- Un compromiso preciso de servicio
Después de progresar dentro de los cinco fines del Movimiento Scout (la educación en la salud,
la formación del carácter, el sentido de lo concreto, el sentido de servicio, y el sentido de Dios), el rover/piloto está dispuesto a realizar un compromiso específico de servicio. Esta capacidad de hacer un compromiso genuino es la coronación en la etapa de la educación Scout.
Comprometerse a servir es una muestra del éxito de la acción educativa de la Ruta.

.- La pedagogía de la Ruta en Vézelay
El campismo: en un vivac simple, bajo tiendas, y cocinando con fuego y madera.
• La ayuda fraterna: espontánea y habitual en el equipo.
• La alegría: bajo la lluvia o bajo el sol o aún con los persistentes fríos de la región del Morvan, son un testimonio constante de la fe viva.
• El senderismo: como son las indescriptibles marchas por los parajes boscosos del Yonne y del Nièvre.
• La profundización en la fe: sabiendo que el esfuerzo espiritual es la marca propia de nuestra peregrinación,  se potencia particularmente:
- La formación personal: en el discernimiento, los debates, y conferencias.
- La oración conjunta: el rosario, el ángelus, el rezo de las horas, las celebraciones y cantos.
- La oración personal: tiempos de reflexión, y la hora ruta (tiempo personal de silencio).

Así pues, creo que no resulta difícil de imaginar que con todos estos elementos es imposible no vivir durante estos días un “tiempo de renovación y de gracia”, en el que uno a través del darse a los hermanos, redescubre el valor de la fraternidad y de la amistad, el valor de lo simple y lo sencillo, donde uno se vuelve a formar en la escuela de lo sencillo de la vida y regresa a lo cotidiano con la certeza de que más allá de las dificultades del camino, lo importante y lo que más está de nuestra mano, es la actitud con la que caminamos y hacemos frente a las contrariedades, y eso para cualquier scout está muy bien especificado en su ley y en sus principios, es en lo que ha estado entrenándose durante toda su vida, y está dispuesto a vivir cada día…
El scout pone su honor en ser digno de confianza, es leal, está hecho para servir y salvar a su prójimo, es amigo de todos y hermano de cualquier otro scout, es cortés y caballeroso, ve en la naturaleza la obra de Dios, obedece sin réplica y no deja nada a medias, sonríe y canta ante las dificultades, es austero y cuida del bien ajeno y es puro en pensamiento, palabras y obras.

Los Guías y Scouts de Europa en cifras:
Presentes en 18 países europeosCanadá y los Estados Unidos
30 000 miembros en Francia
60.000 miembros en Europa y Canadá
1.400 campamentos por año
10.000 días al año dedicados en la formación de responsables voluntarios

http://vezelay.scouts-europe.org/galeries/photos/

 Pablo de Vicente, Jefe de Tropa Gr. Juan Pablo II, Alcorcón.